Omar, siervo de nuestro Señor Jesús el Cristo; llamado a predicar el evangelio de Dios a todo el mundo y a mostrar el santo camino del Señor para bendición de las almas. 2 Espero que os encontréis todos bien dispuestos en la lucha que tenemos a diario contra la carne pecaminosa y los ataques del enemigo de la humanidad.
3 No os empeñéis en luchar con vuestras propias fuerzas sabiendo que el poder que se manifiesta en nosotros proviene de lo alto y no de nosotros mismos, 4 si alguno piensa que lo que ha logrado y conseguido ha sido por su propia sabiduría, 5 está siendo engañado por sí mismo, 6 ya que es Dios quien otorga los dones a cada uno según lo considere necesario para que encontremos el sustento en este mundo.
7 Os exhorto hermanos a que pidáis al Padre lo necesario para vuestra lucha personal.
8 Escribo esta epístola principalmente a los que llevan la delantera en la iglesia, a los líderes en la congregación; a ministros y pastores, a presbíteros y obispos, a los apóstoles, predicadores y evangelistas esparcidos por el mundo. 9 Aunque también hago un llamado a todos los miembros de la iglesia para que hagan suyas estas palabras y así mismo apliquen el consejo y reprensión en sus propias vidas. 10 Espero que todos los miembros de los templos del Señor pertenecientes a la santa iglesia de Dios pongan en práctica este consejo.
Dios todo lo ve
11
Según me ha sido manifestado por Dios mediante visiones y revelación, la iglesia de Dios ha sido manchada con todo tipo de fornicaciones y adulterios; 12 pero eso no es lo más grave, sino que los mismos pastores y ministros de la iglesia lo permiten y solapan, 13 convirtiéndose muchas veces ellos mismos en cómplices del adúltero. 14 Sus asquerosidades han llegado hasta el cielo 15 y Dios ha manifestado su repulsión a estos hombres que en lugar de estar dirigiendo al pueblo de Dios por el camino santo, 16 lo han llenado con cosas pestilentes y repugnantes.
17 ¿Ignoráis que el Señor todo lo ve? ¡Insensatos! 18 ¡Cuan lastimera es su posición ante Dios, aparentando piedad ante los hombres y siendo impíos ante Dios! 19 Culebras venenosas, prole de víboras, ¿hasta cuando estarás esquilando a las ovejas del Señor? Sepulcros blanqueados, ¿hasta cuando os cansaréis de golpear al rebaño de Dios? ¡Más os valiera que nunca hubieses sido Pastor o Ministro actuando como actuáis! 20 ¿Pensáis que el Señor no os está viendo desde lo alto y ha visto como te enriqueces a costa de su pueblo? ¿Creéis que Dios es miope para no notar como permites que en la casa de Dios tome la delantera en el ministerio y la predicación gente que practica el adulterio o las hechicerías?
Dones espirituales
21
No os escribo esto como vanagloriándome de mi mismo, sino poniéndome en su lugar y buscando la ayuda del Señor para que no me encuentre yo mismo en esa situación y me haga merecedor del Infierno preparado para Satanás y sus demonios. 22 Os escribo estas palabras, no como buscando colocar una piedra sobre sus cuellos, 23 sino como una luz en la oscuridad y que veáis que el Señor aún os considera santos y por eso os reprende. 24 Os escribo esto como un llamado a vuestras conciencias, 25 para que abandonéis el camino del pecado y os volváis hacia Dios y busques su perdón. 26 Todos vosotros, ministros y pastores, sabéis que el Señor os ha otorgado dones espirituales para que dirijáis a su iglesia. 27 Estos dones han sido otorgados a cada uno de nosotros para que los usemos a favor del pueblo de Dios.
28 Hay dones de sabiduría, dones de revelación, dones de discernimiento, dones de lenguas, dones de enseñanza, dones de sanidad, dones de liberación y muchos otros tipos de dones; pero todos estos dones son regulados por el amor; si no tengo amor no puedo maravillarme de que tenga un don.
29 Pudieses tener un don de liberación, pero si no tienes amor, nada tienes. 30 Pudieses sentirte feliz por tener un don de sanidad, pero si no amas a tu hermano, ni tú mismo puedes decir que estás sano. 31 Si alguno de vosotros se enorgullece de tener un don, pero odia a su hermano o lo humilla o lo calumnia o lo vitupera o abusa de él, no puede con corazón puro decir que tiene un don proveniente de Dios. 32 ¿Tienes don de ministerio? ¡Ministra la Palabra de Dios! 33 ¿Tienes don de liberación? ¡Libera al pueblo de Dios de la opresión del adversario! 34 ¿Tienes don de lenguas? ¡Predica al forastero! 35 ¿Tienes don de revelación? ¡Revela la Palabra de Dios sobre el futuro inminente! 36 ¿Tienes un don? ¡Úsalo!
37 Dios te ha otorgado el don de ser un Ministro o Pastor y deberías usarlo para servir al Señor. 38 Un Ministro es un siervo de los demás, un sirviente del pueblo de Dios, entonces ¿por qué, tú Ministro, te colocas en un lugar por encima de los demás y esperas ser servido en lugar de servir? 39 ¿Por qué solicitáis que los demás os entreguen sus diezmos, en lugar de tú dar tus diezmos a los pobres y necesitados? 40 ¿Quién te dijo que los diezmos de Dios son tuyos? ¿Quién te ha autorizado para tomar los diezmos de Dios y usarlos para tu uso personal? ¡Deja de robarle a Dios! 41 Bien lo dijo Malaquías cuando el pueblo de Israel estaba robando a Dios, ¿en qué le estaban robando? En los diezmos a Dios. 42 Sus líderes estaban tomando los diezmos de Dios para sí mismos y de esa manera robaban a Dios.
Buscad el perdón
43
Si vos estáis robando a Dios tomando los diezmos que le pertenecen a los pobres y necesitados, más te valdría que tomaras una gran piedra y la amarraras a tu cuello y te arrojaras al mar. 44 Los diezmos son de Dios como un regalo para los pobres, las viudas y los huérfanos; no para que los use el Pastor o Ministro.
45 ¿Has estado robando a Dios? Pídele perdón y serás perdonado.
46 No temáis a quienes puedan dañar tu cuerpo, sino temed a quienes puedan dañar vuestras almas y hacerlas merecedoras del infierno. 47 Dejad de solicitar dinero a los miembros de la iglesia con el afán de hacerse ricos a costa de las ganancias de los demás, 48 cualquier cosa que pidáis que sea para las necesidades de vuestros centros de adoración y para ayuda a los pobres y necesitados. 49 Velad por las viudas y los huérfanos, podéis solicitar limosnas, pero que sean para quienes no tengan que comer o con qué cubrirse.
A los buenos Pastores y Ministros
50
Gracias a Dios, hay muchos Pastores y Ministros que sirven al Señor con fidelidad y santidad, 51 poniendo a Dios en primer lugar y a sus hermanos, 52 no buscando ganancia deshonesta, sino siendo de ayuda para el necesitado y el enfermo. 53 A todos esos Pastores que están pasando noches sin dormir por ayudar a los hermanos bajo su custodia, rogamos a Dios que los siga bendiciendo en todo lo que hacen en sus vidas.
54 Damos gracias a Dios que estén dando todo de ustedes para salvaguardar las almas de los hermanos. 55 Rogamos que ustedes sigan trabajando para el Señor, ayudando y enseñando a las almas que acuden a Dios. 56 Sabemos que muchos de ustedes usan sus propios recursos para costear sus viajes de predicación y evangelización, y no solicitan ofrendas como salario por su trabajo, sino que saben que su obra no es en vano y que serán recompensados por Dios a su debido tiempo; no con salario terrenal el cual el moho y la polilla consumen, sino un salario superior, uno celestial y eterno. 57 Hermanos como vosotros, Pastores y Ministros, son los que necesita toda la iglesia, hombres y mujeres abnegados que utilizan su tiempo para orar y ayunar por sus semejantes.
58 A todos vosotros, le pedimos al Señor, que os bendiga con toda bendición, y les de ánimo y fuerzas para seguir por el derrotero por el que van.
CAPÍTULO 2
Sobre las cosas repugnantes
1
Ya en otro tiempo os escribí sobre la necesidad de velar para no tropezar con las prácticas inmundas, 2 pero tal parece, que muchos de ustedes se afanan más por seguir tras un derrotero demoníaco en lugar de tras la santidad de Jehová. 3 He oído de un tal Pastor que permite que dentro de la participación de los miembros de la iglesia hayan hombres corruptos y ladrones, practicantes del adulterio y fornicadores. 4 ¿Qué, acaso no saben que el que está practicando tales cosas no heredará el reino de Dios? 5 No se extravíen ni se engañen a ustedes mismos, porque ni fornicadores, ni adúlteros, ni homosexuales o transexuales o bisexuales, ni los sodomitas, ni sádicos, ni pedófilos o pederastas, ni zoofílicos y bestialismo, ni cualquiera que esté practicando cosas viles y sucias hacia la santidad de su sexo será merecedor de recibir su corona una vez que haya comparecido delante del trono de Dios.
6 Dejen de practicar la inmundicia, dejen de desear la suciedad, ¡limpien sus vidas! 7 Vuelvan sus rostros hacia Dios y rogadle por su perdón.
El adulterio
8
¡Adúlteros! ¿Ignoráis que Dios odia el adulterio? ¿Pensáis que Dios os perdonará sus adulterios? 9 He visto como en algunos lugares de adoración, participan en la predicación hombres que están engañando a sus esposas al cometer adulterio, y los Ministros o Pastores les permiten participar de esto aparentando que no están enterados de nada.
10 He sabido acerca de un hombre que estando casado, le quitó la esposa a otro hombre y planeó separarse de su esposa para unirse en yugo adúltero con la mujer robada y su Pastor le permite participar en el templo haciéndose cómplice de los adulterios de este hombre vil.
11 También me han llegado informes de otro hombre que conviviendo con una mujer como si fueran esposos sin estar casados ante la ley y mucho menos ante el Señor se les permite participar, a uno en las alabanzas y a la otra en la dirección de los cultos.
12 Además, he sido testigo de cómo cierta hija de un Pastor, habiendo sido abandonada por su esposo, y en lugar de seguir santa ante Dios, se ha manchado al comenzar una relación con un hombre casado; 13 ambos estando casados y conviviendo y haciendo planes para contraer matrimonio, se han manchado con tal suciedad que causa asco su actitud.
14 No los estoy juzgando como ya merecedores del infierno, sino como dignos candidatos a ir allí si no cambiáis vuestra forma de vivir; a menos que os arrepintáis, ¡ese es mi más sincero deseo!, y os alleguéis a las plantas del Señor para ser recibidos de nuevo en santidad.
La fornicación
15
No estéis practicando la fornicación, velad por vuestras almas, manteneos puros y limpios, santos y agradables al Señor. 16 Estoy seguro que muchos de vosotros habéis oído de ciertos hermanos que se reúnen con vosotros están practicando la fornicación, 17 teniendo relaciones con personas con las cuales no están casados o casadas. 18 Personas solteras que debiendo de guardar sus cuerpos santos, los ensucian con sus fornicaciones.
19 Tal es el caso de un hermano joven que presume de andar con dos mujeres al mismo tiempo, a ambas llama novias, 20 sin importarle que está engañando a ambas, y se está engañando a sí mismo, ya que no solo mantiene una relación romántica con ellas, sino que practica el coito.
21 También es el caso de otro hermano joven, el cual, pensando que su pecado quedaría oculto debido a que el hijo que estaba dentro del vientre de su novia murió debido a un embarazo mal llevado, e ignorando que nada queda oculto, ahora es sabido de su fornicación. 22 Pero no digo esto para condenar tal actitud de este hermano, sino que el Pastor a donde asiste le permite participar en dirigir las alabanzas de su iglesia.
La homosexualidad
23
No sé ni como describir lo bajo que han caído algunos Pastores al permitir que homosexuales declarados participen en los privilegios de la iglesia. 24 Han llenado la casa de Dios con sus transgresiones, y han manchado la santidad.
25 Bien había sido profetizado que en los últimos días los hombres estarían casándose con hombres y mujeres con mujeres, 26 el cumplimiento de esta profecía ha quedado revelado al permitir muchos gobiernos los matrimonios homosexuales. 27 Lo que antes era motivo de vergüenza para los homosexuales, ahora les causa orgullo, 28 ya no les es necesario permanecer ocultos, ahora salen de sus armarios donde estaban escondidos y gritan a los cuatro vientos su homosexualidad.
CAPÍTULO 3
Odien lo que es malo
1
Deben odiar las cosas que Dios odia y amar lo que Dios ama. 2 Entre las cosas detestables a nuestro Dios están las transgresiones sexuales, 3 las desviaciones y repugnancias que ahora se está tomando como normales pero que son iniquidades para Dios.
4 Pastores y Ministros, siervos de Dios, os animo a que sigáis las pisadas del maestro y odiéis lo que es malo.
5 Arrepiéntete de tus transgresiones y limpia tus pecados.
Salutaciones finales
6
Yo, Omar, el siervo y esclavo más bajo entre los sirvientes del Señor, humildemente os escribo esta carta para pediros que os arrepintáis y corráis la justa carrera y alcancéis la meta y obtengáis el premio.
7 Que la paz de nuestro Señor Jesucristo esté con todos vosotros. Amén.
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